(PS. Cecilia Navarro Raggio Psicóloga Clínica Bariátrica)
En general, los pacientes bariátricos siguen un patrón obsesivo de alimentación que consiste en someterse a infinitas dietas y procedimientos para bajar de peso, sin conseguir muchas veces los resultados esperados, o bien recuperan el peso perdido en un corto tiempo. Así pasan largos periodos de sus vidas y destinan importantes recursos, transitando por un callejón que pareciera no tener salida. Esto les genera frustración y desesperanza, acompañado de una sensación de insuficiencia personal, que los lleva a desarrollar creencias desadaptativas del tipo: “nunca voy a poder” conseguir una relación saludable con la alimentación o sentirme conforme con mi propio cuerpo. Como consecuencia, el paciente experimenta un deterioro gradual de su autoestima y percepción de imagen corporal, seguido de un sentido de autoeficacia empobrecido. También afectan las comorbilidades que no han podido ser controladas, en especial alteraciones metabólicas como la resistencia a la insulina, Prediabetes, Diabetes o Dislipidemia entre otras. Cuando el paciente presenta este tipo de alteraciones se ve enfrentado a una fuerte fisiología personal, que le impide lograr óptimos resultados por más esfuerzo que sienta estar poniendo en él proceso. Todo lo anterior altera la calidad de vida y capacidad de disfrutar. La cirugía bariátrica y metabólica es el primer paso en el tratamiento de esta enfermedad.
Otra dinámica relevante que se observa frecuentemente en pacientes bariátricos es la mala relación que tienen con su cuerpo. El paciente pareciera desconocer las señales que emite su propio cuerpo, por ejemplo; al momento de distinguir cuando tiene hambre o cuando está saciado o que alimento lo nutre o le causa daño. Tienen la tendencia a funcionar de forma disociada; invisibilizando en un gran porcentaje las señales que comunica su cuerpo. Esto genera desórdenes alimentarios: comer a deshoras, picoteo, comer nocturno, restricciones alimentarias, atracones etc. Este comportamiento puede desencadenar graves trastornos en la conducta alimentaria.
También puede generar una dinámica autodestructiva que se manifiesta a través de conductas tales como; no querer mirarse al espejo, vestirse con prendas lo más sueltas posibles, realizar descalificaciones hacia su imagen, tener pensamientos y conductas repetitivas de rechazo hacia su imagen corporal, ser muy exigentes con ellos mismos. Parecen abandonarse en ese aspecto. Existe una disociación entre el cuerpo, su mente y las emociones. El paciente termina deprimido y con falta de amor propio, y en ocasiones se aísla para no ser visto, lo que va deteriorando aún más su vida social, amorosa y laboral. Es importante aclarar que las emociones incómodas que afectan a los pacientes se van a manifestar y experimentar dependiendo de cada paciente, quién debe ser evaluado por un equipo multidisciplinario. Existen muchas variables que están influyendo en su condición actual. Se requiere una terapia a la medida del paciente como ser único e irrepetible.
Por: PS. Cecilia Navarro Raggio Psicóloga Clínica Bariátrica
Acreditada por la CONAPC
Especialista en Terapia Breve Estratégica
Especialista en pacientes con cirugía Bariátrica.
Cecilia forma parte del equipo Bariatric: www.bariatric.cl
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